LAS GRASAS SON LA CLAVE
De qué está hecho y cómo se alimenta el cerebro
Aunque se tiene el falso paradigma de que las grasas son malas para la salud, hay que tener en cuenta que no todas ellas son iguales para el organismo. Es más, eliminar el consumo de ciertas grasas puede resultar perjudicial para la buena salud del cerebro, ya que 60% de este está hecho de grasa. En este sentido, es necesario, ver y elegir siempre las mejores.
Por Urgente 24
Lunes 11 de junio de 2018
14:20 hs
Lunes 11 de junio de 2018
14:20 hs

Tengamos en cuenta que el 60% de nuestro cerebro es grasa, así como hasta el 50% de las membranas de todas las células del cuerpo es colesterol, para mantener nuestro cerebro sano y joven es necesario el consumo de dicha materia que lo compone. Sí, grasas.
Eliminar el consumo de ciertas grasas, por dieta, puede resultar perjudicial para la buena salud cerebral, es más, es perjudicial para todo el organismo porque el cuerpo necesita de ellas.
Ahora bien, como se tratan de grasas para nutrir nuestro cerebro, debemos escoger las mejores. Una dieta de alimentos ricos en grasas como el Omega 3 resulta clave para un buen desarrollo y rendimiento intelectual. Simplemente, sin ellas no podríamos vivir.
Un tema de evolución
Los humanos nos diferenciamos de otros primates por la grasa en el cuerpo en general, y es por un simple tema de evolución. De acuerdo con teorías como la de Adrienne Zihlman, de la Universidad de California, y Debra Bolterb, de la universidad sudafricana de Witwatersrand, la grasa ha sido clave en la evolución del ser humano.
Es tanto así que el cerebro triplicó su tamaño con respecto al de los monos gracias a la ingesta de carne, esto último elemento primordial junto con el descubrimiento del fuego.
Según ambas teorías, eso llevó a algunas adaptaciones corporales como el acortamiento del colon y el alargamiento del intestino delgado con el fin de poder digerir mejor ese tipo de alimento.
"Una de las razones es que es aislante de la electricidad y las células fundamentales del cerebro (las neuronas) ‘hablan’ entre sí a través de impulsos electroquímicos. Sin esa grasa, y con las neuronas ‘hablando’ a la vez, nuestro cerebro se podría incluso sobrecalentar. Otra razón es que la grasa ‘funcional’ contribuye precisamente a efectuar muchas de las actividades cerebrales”, aonta en el tema la neurocientífica y profesora de Fisiología en la Universidad de La Laguna en Tenerife, Raquel Marín.
En consideración, dicha evolución podría hacer pensar que la falta de grasas necesarias para el cerebro pudiera provocar un deterioro paulatino de este.
No en vano, la renovación y restauración neuronal se lleva a cabo gracias a la metabolización de las grasas en el cuerpo, lo que es un método válido de cara a prevenir enfermedades degenerativas del como el Alzheimer.
Cambiando esquemas
Tenemos que romper el paradigma de que la grasa es mala, si bien es cierto que existen algunas, muy bien conocidas, que no aportan nada bueno para el organismo. Las grasas de origen natural son importantes para el cuerpo. Es tal, que simplemente sin las grasas, como las del aguacate, la nuez o el aceite de oliva simplemente no podríamos vivir, a diferencia del azúcar del cual podemos prescindir sin ningún efecto negativo para el organismo.
No debemos confundir los ácidos grasos que nos aportan los alimentos anteriormente nombrados, con las grasas trans, que han sido señaladas en reiteradas ocasiones por la comunidad científica y médica como uno de los causantes de las elevadas tasas de enfermedades cardiacas.
Las trans se encuentran en alimentos que han sido sometidos a hidrogenación, como es el caso de comidas rápidas, productos pastelería industrial y otros productos procesados y fritos. Este proceso sirve para que duren más y conserven su sabor, pero suponen un riesgo para la salud… y, claro está, para el cerebro.
- Pescados azules. Pescados como las sardinas, el salmón, el atún, la trucha o la caballa aportan una gran cantidad de ácidos omega 3, es decir, de grasas beneficiosas para el cuerpo humano en general y para el cerebro en particular. Tanto es así que incluso se recomiendan en procesos de depresión y estrés. En el caso de estos pescados, se deben comer frescos. Asimismo, resultan más saludables los de menor tamaño ya que hay una menor presencia de metales como el mercurio.
- Aguacate. Se trata de un fruto que puede resultar básico para la alimentación, dado que aporta nutrientes que ayudan a estabilizar el azúcar en sangre. Además, proporciona energía al cerebro.
- Aceite de oliva virgen extra (prensado en frío). Los tipos de aceite de oliva son muchos y de calidades muy diversas. Cuando es virgen extra y está prensado en frío, aporta una mayor cantidad de polifenoles, es decir, antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento y el deterioro de las neuronas cerebrales. Como el aceite de oliva pierde muchas de sus propiedades cuando se le aplican altas temperaturas, es mejor emplearlo en ensaladas o como condimento.
- Aceite de coco biológico (prensado en frío). Al ser rico en grasas saturadas, este aceite no ha gozado de gran popularidad hasta que se ha demostrado que las grasas que realmente afectan a la salud son las grasas trans. Es más, las grasas saturadas que proporciona no son como las de la carne roja o el queso, sino que son triglicéridos de cadena media, los cuales metabolizan mucho mejor (están presentes también en la leche materna). Todo ello convierte al aceite de coco biológico en un alimento clave para mitigar –en la medida de lo posible– enfermedades como el alzhéimer o la epilepsia.
- Nueces. Al igual que los pescados azules, las nueces son una excelente fuente de grasas omega 3, con la salvedad de que estas son de origen vegetal (algo menos potente). Eso sí, como principales propiedades se encuentran la estimulación de la función cerebral y su capacidad antioxidante.
de https://www.urgente24.com/277876-de-que-esta-hecho-y-como-se-alimenta-el-cerebro
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